Por Benítez R., Sarmiento I., Suarez S.
Observatorio de Asuntos Humanitarios – Sección África.
Luego de 15 años de guerra y 29 de negociaciones estancadas la situación de los refugiados saharauis parece no tener fin. Sin embargo, los cambios en el escenario regional podrían impulsar una salida por fuera de los cálculos políticos de los actores en conflicto.
Nuevos escenarios: La capacidad política de los actores en conflicto
El Sahara Occidental es uno de los conflictos de soberanía más longevos del África Occidental.
El territorio fue administrado por España hasta 1975, fecha en que con la retirada de este país y las intenciones de reivindicación independiente del Frente Polisario llevó a al accionar coordinado de Marruecos y Mauritania para avanzar sobre el territorio y evitar una potencial creación de un Estado independiente.
Luego de una ocupación cívico-militar conocida como la “marcha verde” y una guerra de insurgencia entre el Frente Polisario y las fuerzas de ocupación marroquíes principalmente, dado que Mauritania retiró sus pretensiones del territorio, el conflicto llega a un impasse en 1991 en donde las Naciones Unidas velan por una solución consensuada que permita una resolución pacífica del diferendo de soberanía.[1]
Marruecos ofrece la autonomía de la región bajo el paraguas soberano de Rabat. Un asunto con escasa probabilidad de ser aceptado por la población saharaui en el exilio (Argelia). La comunidad internacional apoya la realización de un referéndum y Marruecos no se opone a la idea. Durante décadas la migración marroquí en la región ha superado a la población nativa lo que, en el caso de una elección, podría decantar indefectiblemente en una posición pro-marroquí.
El Frente Polisario propone la independencia total de Marruecos, sin embargo, la población saharaui apenas alcanza el medio millón de personas y de lograr su objetivo, gobernarían un territorio extenso como Gran Bretaña. La independencia del Sahara Occidental representaría dos cosas: El potencial fin de la monarquía en Marruecos y una crisis en su sistema de gobierno y la creación de un Estado con escasas capacidades de autogobierno y ocupación territorial efectiva.[2]
Debido a este esquema de percepciones y posiciones la posibilidad de lograr un consenso entre las partes involucradas es casi nula, dado que ambos permanecen en sus pretensiones de máxima sin intención de ceder.
A nivel internacional la República Democrática Árabe Saharaui (en adelante RDAS) es reconocida por la organización de la Unión Africana desde 1982 y esta determinación derivó en la retirada de Marruecos del organismo hasta 2017. En las últimas décadas Marruecos se ha ido posicionando como un Estado sólido a nivel regional y continental tanto en aspectos políticos, económicos como diplomáticos. Luego de destinar el 80% de sus inversiones extranjeras al África subsahariana y fortalecer sus relaciones bilaterales con un gran número de Estados africanos logró obtener el apoyo necesario para compartir un espacio en la única organización que reconoce formalmente a la RDAS. [3]
A su vez, se debe destacar que el papel de Argelia en el proceso, dado que en su territorio se encuentra localizado el principal centro de refugiados de Tinduf y ha sido uno de los principales soportes político del Frente Polisario.
La prominente figura de Abdelaziz Boutlefika en las riendas del gobierno llegó a su fin ante la presunción de lograr un quinto mandato presidencial y el impacto de importantes protestas sociales. Posteriormente, Argelia entró en un contexto de inestabilidad política caracterizado por la consolidación de un nuevo poder ejecutivo, el impulso social para generar reformas políticas y actualmente el impacto del coronavirus ha orientado la política argelina a sus desafíos domésticos, en detrimento del tradicional apoyo al Frente Polisario, aumentando la incertidumbre sobre el destino de los miles de refugiados emplazados en su territorio.
La situación de los refugiados
Se estima que casi 165.000 refugiados saharauis conviven en los cinco campos habilitados por los organismos internacionales. La mayoría de los campos se encuentran en Argelia, siendo Tinduf el más importante. [4]
Se estima que un 60% de los habitantes de los campos de refugiados de Bojador, Dajla, El Aaiún, Auserd y Smara son jóvenes menores de 30 años. Los campos se encuentran localizados en una región extrema, en el noroeste del desierto Sahara cerca de la frontera entre Argelia y Marruecos.
"Los campos de refugiados, en promedio, llevan 40 años de vida. Como consecuencia de esa situación de exilio permanente, la esperanza de vida es de la mitad que en condiciones normales. Actualmente se han detectado 9 casos de coronavirus en los campos de refugiados saharauis. [5]
El pueblo saharaui depende de la ayuda humanitaria internacional y de Argelia. “El suministro de ayuda alimentaria ha disminuido, la mortalidad infantil es el doble de la de Europa y el agua está limitada a 10 litros por día” [6]
La MINURSO y la Resolución del conflicto de Sahara Occidental
La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) tuvo sus inicios el 29 de abril de 1991 por medio de la Resolución 690 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de acuerdo con las negociaciones llevadas a cabo por el Secretario General y las partes en cuestión (Marruecos y el Frente POLISARIO) en el que lograron un presunto acuerdo en el año 1988.
En dicho acuerdo las partes manifestaban estar en conformidad, en un principio, con las propuestas de arreglo que consistían en: la cesación del fuego y la celebración de un referéndum para que el pueblo del Sáhara Occidental, en su ejercicio de derecho de la libre determinación, tuviera la posibilidad de elegir entre la integración a Marruecos o su independencia. En consecuencia, la MINURSO tuvo como finalidad cumplir con esto.[7]
Debido al estancamiento de las negociaciones, James Baker, quien fue el enviado del Secretario General de las Naciones Unidas para llevar a cabo la mediación entre las partes, propuso, entre el 2001 y 2004 una serie de posibilidades para poner fin a la cuestión. Éstas, planteaban diversas opciones que comprendían la posibilidad de autonomía del Sáhara Occidental, la decisión de optar por la independencia o la autonomía, y la celebración de un referéndum generalizado [1]. Las partes rechazaron estas propuestas ya que no lograron ponerse de acuerdo.
El proceso de negociación continuó en los años siguientes, con sus tendencias negativas en base a lograr un acuerdo común entre las partes. Horst Köhler, el nuevo enviado del Secretario General consiguió en el año 2018, pactar un nuevo periodo de negociación entre las partes que tendría lugar en marzo del 2019 en Ginebra [8].
Ésta ronda de negociación se llevó a cabo el 21 y 22 de marzo del 2019, y ha continuado con la tendencia hacia el fracaso. Ambas partes continuaron con sus posturas rígidas: Marruecos, solo cediendo ante una posible autonomía del Sáhara Occidental, y El Frente Polisario reclamando la celebración de un referéndum donde se encuentre la opción de la independencia de Marruecos.
Perspectivas finales
La longevidad del conflicto y sus negociaciones infructuosas han tenido un impacto incuestionable en la vida de los miles de refugiados saharauis emplazados en el desierto de Argelia, quienes soportan condiciones de vida definidas por la extrema carencia de necesidades básicas y una falta estructural de oportunidades para el desarrollo personal y colectivo. La resolución de la crisis humanitaria que esta población padece requiere en primera instancia de una insistencia internacional en la resolución efectiva del diferendo político que les afecta.
En tanto, los esfuerzos de la comunidad internacional para resolver pacíficamente la cuestión se han enfrentado a las posturas rígidas de ambas partes, quienes no ceden terreno en el proceso de negociación. El presupuesto para la MINURSO ha sido aprobado por la Asamblea General hasta el 30 de junio del 2021. Esto manifiesta el deseo de las Naciones Unidas de dar fin a esta situación, lo que consideraríamos una opción necesaria que ejercería mayor presión a las partes para modificar sus posturas y resolver la situación de los refugiados.
Por último, a través de los cambios en el contexto regional y las estrategias desplegadas por los actores involucrados podríamos inferir que la posición diplomática del Frente Polisario se ha ido debilitando al tiempo que la capacidad de influencia de Marruecos se va fortaleciendo. En este sentido, las posiciones diplomáticas de ambos actores, aunque se mantengan estables, deben contar con un espectro de proyección de poder que les permita avalar sus intereses, por lo que el contexto actual prevé una situación de debilidad para las aspiraciones del Frente Polisario ante una nueva ronda de negociaciones.
Bibliografía
[1] Benítez R. (2019) “Negociaciones en el Sahara Occidental. ¿Un peligro regional?” En Academia.edu. Disponible en: https://salvador.academia.edu/MgRicardoBenitez
[2] Theofilopoulou A. & Mundy J. (2010) “Why the UN wont’t solve Western Sahara (untilit becomes a crisis)”, The Middle East Channel, Foreign Policy, August 12. Disponible en: https://foreignpolicy.com/2010/08/12/why-the-un-wont-solve-western-sahara-until-it-becomes-a-crisis/
[3] Kuwonu F. (2017) “Morocco flexed economic muscles and returned to the AU”, en United Nations Africa Renewal. Disponible en:
[4] Acnur (2016) “Refugiados saharauis: 40 años de vida en los campos”, Mayo. Disponible en: https://eacnur.org/blog/refugiados-saharauis-40-anos-de-vida-en-los-campos/
[5] Alhafed Chahid (2020) “Máxima Alerta en los campamentos de refugiados saharauis por el avance de Covid-19, que ya deja 9 contagios en Tinduf”, en ECSaharaui, Mayo 29. Disponible en: https://www.ecsaharaui.com/2020/05/alerta-maxima-en-los-campamentos-de.html
[6] Deutsche Welle (2019) “Los refugiados olvidados del Sahara Occidental”, Disponible en: https://www.dw.com/es/los-refugiados-olvidados-del-sahara-occidental/a-48044538
[7] ONU. (1990). “La situación relativa al Sáhara Occidental : Informe del Secretario General”. Disponible en: https://digitallibrary.un.org/record/94688?ln=en#record-files-collapse-header
[8] ONU. (2020). “Presupuesto propuesto para el periodo comprendido entre el 1 de julio del 2020 y el 30 de junio de 2021”. Disponible en: https://digitallibrary.un.org/record/3857094?ln=en
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