Por Valeria Mori, miembrx del Observatorio de Economía Política Internacional
Introducción
El 15 de agosto de 1971, el 37avo presidente de los Estados Unidos de América anunció a través de los medios de comunicación un paquete de reformas en materia económica. La Administración de Richard Nixon aplicó políticas monetarias expansivas para abordar el desequilibrio en la balanza de pagos estadounidense, que se había originado por distintos factores domésticos, uno de estos fue que se había importado más que exportado. Así mismo, algunos apuntaron al peso financiero con el cual cargaba Estados Unidos participando en la Guerra de Vietnam.
El conjunto de decisiones adoptadas por Nixon incluía el fin del patrón del oro-dólar (35 UD por 1 onza de oro). El entonces Secretario del Departamento del Tesoro, John Connally Jr. (1971 – 1972), suspendió temporalmente la convertibilidad del dólar en oro u otros activos, pues no le era viable al país justificar la cantidad de liquidez de billetes sobre las reservas. En ese sentido, los imperativos políticos internos se sobrepusieron a los compromisos internacionales.
Si bien la medida fue presentada como “provisoria” a los fines de reequilibrar la economía del país, lo cierto es que esa decisión minó las bases mismas de aquel orden que había coadyuvado a la estabilidad y crecimiento mundial en la segunda posguerra. Las razones inmediatas dicen cuándo cae un sistema en un momento específico, por ello, describiremos a continuación, los antecedentes, y las causas estructurales y de coyuntura que marcaron el fin del sistema monetario global de Bretton Woods.
El sistema de Bretton Woods (1945 – 1971)
El sistema monetario que antecedió al de Bretton Woods fue el de Patrón-Oro (1870 – 1913) este alcanzó un uso casi mundial, caracterizado por tener un régimen de tipo de cambio fijo y, además, construido desde el compromiso de la ideología liberal clásica en la política monetaria. Las razones que apuntan a su colapso son disímiles; sin embargo, existe mayor consenso desde la teoría de la estabilidad hegemónica. Dado que, Gran Bretaña era el mayor acreedor del mundo y los mercados financieros de Londres ocupaban un lugar preeminente en las finanzas mundiales (Helleiner, 2020), pero luego de la Primera Guerra Mundial no pudo mantener aquel rol preeminente.
El ánimo de construir un orden monetario y financiero internacional integrado, terminó produciendo una reunión que se dio del 1 al 22 de julio de 1944 en New Hampshire, donde participaron 44 delegaciones de distintos países con el propósito de aprobar un conjunto de acuerdos en la oficialmente conocida Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas. Fue aquí donde se creó el nuevo sistema de Bretton Woods a iniciativa del Reino Unido y de los Estados Unidos, siendo este último el país que emergía como potencia hegemónica luego de la guerra.
Los fundamentos del sistema monetario internacional
El punto clave de este acuerdo fue el de que los gobiernos se comprometan a fijar su moneda en relación con el dólar y su valor en oro. Al vincular las monedas nacionales de esta manera, los arquitectos de Bretton Woods también estaban restableciendo un patrón oro internacional o, para ser más precisos, un patrón de "intercambio de oro" o un patrón de "dólar-oro" (Helleiner, 2020). Esto llevaría a un escenario con condiciones que faciliten el crecimiento del comercio a nivel multilateral.
Tasas de cambio fijas pero ajustables entre dólar y monedas nacionales, lo cual es una expresión derivada del concepto “liberalismo arraigado” de John Ruggie. Siempre que la balanza de pagos de los países lo permitiesen, estos podian fluctuar el valor de sus monedas, sin embargo debían considerar el compromiso de mantener la estabilidad del comercio internacional por medio de una tasa de cambio fija.
Restricciones a la movilidad de capital, sobre todo acorto plazo, debido a lo que se conoce como la Teoría de la Trinidad imposible, basada en el modelo Mundell-Fleming, que sostiene que no es posible tener tres políticas al mismo tiempo: tasa de cambio fija, política monetaria autónoma, y movilidad de capitales hacia el largo plazo.
Establecimiento de nuevas instituciones. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se convertiría en el ente supervisor de las tasas de cambio, y además el prestamista de última instancia para países con déficit crónico en la Balanza de Pagos.
¿Por qué no sobrevivió más allá de los 70’s?
A inicios de la década de los 70, Estados Unidos se hizo consciente de la pérdida de capacidad de control que tenían sobre el orden de Bretton Woods. Irónicamente esto significaba que el sistema tenía éxito y que había llevado al crecimiento económico de muchos países. Podríamos mencionar de manera general dos factores importantes que impulsaron el ocaso de Bretton Woods.
El primero fue la restauración de las finanzas internacionales. Este hecho fue importante porque el letargo de los flujos financieros internacionales fue una de las razones por las que los gobiernos continuaron siendo capaces de administrar sus propias políticas monetarias, es decir, mantuvieron cierta independencia sobre sus acciones macroeconómicas.
Lo anterior significó mayor presión sobre el dólar. Si bien Estados Unidos dominaba la economía, nadie cuestionó la confiabilidad de la moneda estadounidense. Pero con la reducción de la participación de Estados Unidos en la economía mundial, debido al crecimiento económico de otras naciones como Japón, las divergencias entre las condiciones monetarias de Estados Unidos y las de sus socios se volvieron inviables.
Sin embargo, el golpe final al orden de Bretton Woods no sería de carácter técnico, sino político. Estados Unidos durante la administración de Richard Nixon decidió priorizar los asuntos internos por sobre sus obligaciones internacionales con el mercado internacional, y así evitaba contraer su economía y sellar el fin del sistema.
Delineando una nueva política económica: “El desafío de la paz”
“La fortaleza de la moneda de una nación se basa en la fortaleza de la economía de esa nación, y la economía estadounidense es, con mucho, la más fuerte del mundo. En consecuencia, he ordenado al Secretario de Hacienda que tome las medidas necesarias para defender al dólar contra los especuladores.” – Discurso del expresidente de los Estados Unidos, Richard Nixon desde la Oficina Oval de la Casa Blanca, 15 de agosto de 1971.
La nueva política económica que Nixon inauguró, y que se oficializó en 1973 de la mano de George Shultz en el Departamento del Tesoro, significó la entrada a la época del tipo de cambio flotante, el cual se entiende como un régimen en donde los países no intervienen en los mercados de divisas y el mercado por sí solo determina los valores de las divisas.
El impacto fue completamente transformador, y el dinero apoyado en oro se convirtió en lo que conocemos como el dinero Fiat. Esto trajo distintos retos referidos al mantenimiento de un sistema de tipo de cambio estable y la protección de la autonomía de las políticas económicas nacionales. Todo esto dentro del marco de la globalización financiera.
Bibliografía
Helleiner, E. (2020). The evolution of the international monetary and financial system. En Ravenhill, J. (Ed.). Global political economy. Oxford University Press. (6.ª ed.).
Ruggie, J. G. (1982). International Regimes, Transactions, and Change: Embedded Liberalism in the Postwar Economic Order. International Organization, 36(2), 379–415.
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